Usar el lenguaje inclusivo en las empresas está siendo un tema de debate que involucra a las áreas de Recursos Humanos.
En los últimos años, muchas empresas y negocios se han visto inmiscuidos en escándalos y problemas debido a prácticas y comunicados que se han señalado como discriminatorios. Las consecuencias de estos actos van desde las cancelaciones en las redes sociales hasta acciones legales por parte de los organismos de gobierno.
Definitivamente ninguna empresa desea tener en su historial un antecedente de discriminación, para ello es necesario reflexionar sobre la cultura interna y hacer cambios en las formas de comunicación tanto con las personas que colaboran en su interior como en la manera que se comunican con el público.
A continuación, expondremos algunas reflexiones y recomendaciones para erradicar la discriminación en la comunicación de las empresas, derivadas de estudio “Comunicación inclusiva en las empresas” realizado por el equipo de Human Design Box en este 2022.
El objetivo de este artículo es abordar de manera seria y crítica el tema de la discriminación desde una perspectiva de la comunicación. Estamos conscientes que existen múltiples perspectivas al respecto de este tema y no es nuestra intención ser reduccionistas, todo lo contrario, queremos abonar a un debate amplio y necesario para nuestra sociedad.
Por eso te invitamos a reflexionar y compartir tus comentarios en nuestras redes sociales para conocer más sobre este tema.
Entre lo correcto y lo adecuado
En lo que respecta a la lengua no existe incorrecto o correcto, más bien, lo que es adecuado dependiendo el contexto. Es adecuado, siempre y cuando se cumpla la función de comunicar y expresar ideas dentro de un tiempo y espacio determinado.
Entonces ¿La jerga no sexista o el lenguaje no discriminatorio es adecuado en el contexto organizacional? La respuesta sencilla es Sí. Sin embargo, esto se debe de matizar un poco más.
Existen muchos convencionalismos en torno al lenguaje que pueden verse como discriminatorios: Por ejemplo el uso del masculino como generalizante, los diminutivos para referirse a personas de las nuevas generaciones y apodos o motes “cariñosos” para las personas con discapacidad.
Estas formas de comunicar puede que sean muy populares, sin embargo, en los espacios laborales y la comunicación externa e interna de las empresas ya no son adecuados de acuerdo al contexto que vivimos. La sociedad cada vez se muestra más crítica con la manera como las empresas se expresan al respecto de las comunidades.
Es por ello que se debe poner especial atención a estos detalles, pues los convencionalismos no se cambian de la noche a la mañana, pero el contexto exige reconocer estas incidencias.
La diversidad es un tesoro.
Entonces ¿Es posible comunicar sin discriminar?
Existen muchos esfuerzos por establecer normas y reglas que establecen límites para las expresiones que pueden considerarse vejatorias para las personas sin embargo, parecen ser más las voces detractoras de estos esfuerzos, que quienes los promueven.
Vayamos por el principio, las convenciones sociales se van transformando lo que hace una década parecía normativo, ahora es discriminatorio. No se trata de atacar o resistir, sino de reconocer los cambios y actuar en consecuencia.
Lo que no se comunica no existe y la peor estrategia de comunicación es obviar o negar la existencia de comunidades diversas dentro de una empresa o compañía. El reconocimiento de la diversidad no es falta de engagement, todo lo contrario, habla de la vitalidad que existe al interior de una organización.
Si lo comparamos con la biofilia: a mayor diversidad dentro de un ecosistema mayor será su capacidad de resiliencia. Lo mismo pasa con las ideas, soluciones, discursos y capacidad de crecimiento; por tanto enunciar es un primer paso.
Hacerlo de manera correcta entonces será la clave para aprovechar esa diversidad sin discriminar u ofender a las personas. Porque sí, en el contexto laboral el respeto es una norma.
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Ellos, Ellas, Elles o Ellxs
El tema de los géneros ha sido uno de los más debatidos en los últimos años. El reconocimiento de nuevas identidades, la creciente exigencia por valorar el trabajo de las mujeres y las propuestas disruptivas de las nuevas generaciones establecen dificultades para determinar qué pronombre se debe de ocupar en la comunicación.
Nuevamente, todo depende del contexto y la intención en la comunicación. Vayamos por partes.
La Real Academia de la lengua establece que el masculino en español es generalizante y que el desdoblamiento en el lenguaje lo único que ocasiona es que exista una mayor separación en las personas. Además del sentido económico de la lengua.
En ese sentido, si el contexto establece que el género no es un factor relevante para la comunicación, se puede acudir a la redacción genérica. En lugar de decir “Bienvenidas y bienvenidos” o solo el masculino, es mejor “Damos la bienvenida”, la clave está en centrarse en la acción y no en las personas.
En cambio sí lo que se busca es darle énfasis en las personas y el género es relevante, el desdoblar, hablar de mujeres y hombres es adecuado. De otra forma, estaríamos invisibilizando a una parte de la población dentro del discurso.
¿Y qué pasa con Elles, Ellxs, Ell@s? ¿Están mal? no, como ya dijimos todo depende del contexto. En los últimos años estos pronombres se han convertido en una tendencia cada vez más recurrente.
En ese sentido se debe de entender que su intención es incomodar, causar una disrupción en el lenguaje y, al igual que el desdoblamiento en su momento, poner en debate las formalidades del lenguaje. Su origen está en los movimientos sociales y su contexto se encuentra en la confrontación ideológica.
Si la intención de la comunicación es causar una disrupción y establecer posicionamiento político al respecto, son adecuados estos pronombres. Puede haber muchos debates en cuanto a su legitimidad en las reglas ortográficas, pero justamente esa es su intención y el hecho de que se nombren es que existen y son vigentes en nuestra sociedad.
Primero personas
Otro tema coyuntural se centra en las personas con discapacidad (Desde la Convención Internacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas se dispuso que el término adecuado para referirse a este grupo de la población sea Personas con Discapacidad) puesto que desde las convenciones sociales se han formado múltiples términos y adjetivos que pueden constituirse como discriminatorios.
En ese sentido, en un contexto formal y laboral lo adecuado es anteponer la palabra “personas” en cualquier enunciación de su comunidad. Debemos de reconocer que su condición no es lo único que les define, en tanto que la personalidad es más importante.
Aquí no discutiremos si se deben de descartar términos como, cieguitos, manquitos, paraplejicos o lisiado; puesto que partimos de contexto de la comunicación en las organizaciones, cuya intensión sea evitar la discriminación.
Establecer una jerga no discriminatoria requiere de una revisión constante de las formas adecuadas de acuerdo a un contexto formal. Aquí te compartimos algunas formas adecuadas para enunciar discapacidades en la comunicación de las empresas.
Forma inadecuada | Forma adecuada |
Discapacitado, Deficiente, Enfermito, Persona con Discapacidad, Incapacitadas. | Persona en situación de Discapacidad |
Lisiado, Minusválido, Inválido, Paralítico, Mutilado, Cojo, Tullido. | Persona con discapacidad física o movilidad reducida |
Mongolito, Mongólico, Retardado, Retardado mental. | Persona con discapacidad intelectual |
Lenguaje de Señas | Lengua de Señas.
Comunicación que utilizan las personas sordas y las personas oyentes con las personas sordas. |
“el” Ciego, Invidente, Cieguito, No vidente. | Persona con discapacidad visual
Persona ciega |
Corto de vista | Persona con baja visión .
Persona con deficiencia visual |
“el” Sordo Sordito Sordomudo | Persona con discapacidad auditiva
Persona sorda (*) Las personas con discapacidad auditiva no necesariamente son muda |
La discriminación.
Vaya tema ¿Verdad? y ni siquiera hemos raspado la superficie. Algo en lo que podemos estar de acuerdo es que la discriminación es un mal que se debe de erradicar en nuestra sociedad, sin embargo, es más complejo de lo que parece.
Disminuir las expresiones vejatorias y humillantes es un primer gran paso, quienes nos dedicamos a la comunicación debemos tener conciencia de la responsabilidad que nos toca y pasar a la acción.
Sin duda no es fácil, pero por algo se debe comenzar.
Para terminar…
En Human Design Box creemos que lo mejor es debatir y poner sobre la mesa los temas “incómodos” y aportar desde nuestra perspectiva a la mejora continua de la comunicación, por eso es que decidimos levantar la voz y exponer nuestro punto de vista, debatible y cuestionable, pero siempre con las mejores intenciones.
“Lo que no se comunica no existe” HDB.
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