La comunicación inclusiva no es una moda o tendencia, es una exigencia de la sociedad por reconocer la diversidad y sus aportes al desarrollo. Conforme los grupos minoritarios han establecido estrategias para recuperar espacios públicos, aumenta la necesidad de las organizaciones y empresas por comunicar su participación.
Porque lo que no se comunica no existe, la inclusión ha ocupado las agendas de diferentes instituciones. La realidad es que tanto colaboradores como inversionistas, exigen acciones que promuevan la visibilidad de las comunidades al interior de la organización.
Sin embargo, los procesos por el reconocimiento presentan diferentes dificultades. Hablando específicamente del sector privado, alinear los objetivos comerciales de una empresa con los discursos de inclusión, requiere de la reflexión profunda del propósito de la misma.
Puesto que no se trata de colgar banderas para tapar problemáticas, sino de una genuina valoración por las diferencias.
Más que vocales, una transformación de la cultura
HDB en su estudio 2022 “Comunicación Inclusiva en las Empresas” se dió a la tarea de entrevistar a especialistas en el área que lideran las oficinas de grandes empresas en México: PPG Y COMEX, Grupo Lala, MINISO, Jugos del Valle, HEINEKEN, Deloitte México, Caja Popular Mexicana.
La comunicación inclusiva, el lenguaje no discriminatorio y canales adecuados para todas las personas; son procesos complejos que requieren ser atendidos por quienes lideran las áreas de comunicación.
Si bien, siguen existiendo resistencias y desinformación. En la actualidad los esfuerzos enfocados por mejorar la calidad de la comunicación y la visibilización de las minorías al interior de las empresas, está adquiriendo mayor relevancia.
Se reconoce el papel fundamental que cumple la comunicación interna para fortalecer las relaciones basadas en el respeto, la tolerancia, transparencia e inclusión entre las personas que conforman la organización. Así mismo los desafíos de cara a las transformaciones que esta enfrenta para establecerse como una realidad.
Existen muchas estrategias para aplicar la inclusión en la comunicación interna, cada una aporta un elemento sustancial en los hábitos y actitudes ante los cambios. Sin embargo, cada participante del estudio coincidió que se requiere de un cambio estructural y cultural en las organizaciones.
Pasar a la acción y revisar constantemente el impacto de cada estrategia, abonando los aprendizajes y escuchando las voces de quienes se implican en los procesos de inclusión. Pero lo más importante, escuchar a las comunidades y no dar nada por sentado.
Los derechos no se condicionan y los actos cotidianos son, por mucho, los más importantes para lograr que cada persona se sienta libre y segura de desarrollarse personal y profesionalmente sin importar su condición física, étnica, económica, de género; entre muchas otras.